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Contractura capsular tras aumento de pecho

El aumento de pecho sigue siendo la intervención que más realizamos los cirujanos plásticos. Aproximadamente corresponde a un 33% de las intervenciones de cirugía estética. Cualquier intervención quirúrgica tiene sus riesgos, y en este sentido la contractura capsular es una de las complicaciones más conocidas o populares. Aunque su incidencia hoy en día no sobrepasa el 1% de los casos voy a exponeros algunos detalles.

¿Qué es una contractura capsular?

Cuando colocamos una prótesis en el interior de un organismo humano, con el fin de realizar un aumento de pecho, este genera alrededor de la prótesis una cápsula que denominamos periprotésica.  Es como una cicatriz que envuelve al cuerpo extraño. Cuando se produce un engrosamiento de dicha cápsula, la prótesis pierde su movimiento natural quedando como bloqueada internamente llegando incluso a poder afectar a la forma de la mama en los casos más severos. Se trata de una reacción de nuestro cuerpo a un cuerpo extraño.

Con los años las prótesis han ido mejorando a muchos niveles con el fin de evitar estas contracturas capsulares. De todas formas, aunque la mayoría de los motivos que las producen son conocidos, sabemos también que existen otras causas que la pueden provocar ya que cada organismo es único y tiene sus propias reacciones ante la inclusión de una prótesis. No obstante os voy a detallar los principales «responsables» de las contracturas capsulares.

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¿Qué causa una contractura capsular en un aumento de pecho?

1. La calidad de la prótesis utilizada para el aumento de pecho.

Una prótesis de mala calidad tiene menos capas protectoras de su contenido, la silicona. Aunque hoy en día la mayoría de las prótesis de calidad que se utilizan para realizar un aumento de pecho contienen un gel cohesivo, no silicona líquida, si el número de capas que lo envuelve es pequeño existen más posibilidades de que la silicona se filtre y acabe produciendo alguna afección en contacto con la piel y por tanto una cápsula que envolvería severamente al cuerpo extraño como reacción.

2. La rugosidad de las prótesis

Cuando el exterior de una prótesis es rugoso, las líneas de fuerza no se van a potenciar a partir de la cicatriz envolvente. Cuando se produce la cicatriz interna se diversifican las fuerzas creándose una especie de muelle, para que me entendáis; las fibras de colágeno que crean la cápsula no son perfectamente concéntricas sino que actúan a partir de distintos vectores de fuerza; esto diversifica las tensiones y no permite crear una línea potente de fuerza,   otro factor importante para evitar la contractura.

3. Tipo de cicatrización de la paciente

Si una persona cicatriza mal, con tendencia a hacer queloides (crecimientos exagerados del tejido cicatrizal), lógicamente a nivel interno también creará queloides.

4. El traumatismo de la propia cirugía

El cirujano que sea más fino operando va a crear menos sangre, menos traumatismo, menos cicatriz, con todo el proceso sencillamente porque habrá causado menos inflamación, menos agresión al cuerpo. Por tanto, el cirujano que sea menos fino realizando la intervención generará una mayor agresión al cuerpo pudiendo generar más traumatismo por la propia intervención y provocando probablemente una mayor reacción del cuerpo de la paciente al cuerpo extraño. Circunstancia que puede acabar generando una contractura capsular.

2. Infección subclínica

En relación a la causa anterior, hay una teoría que cobra cada vez más fuerza; se trata de la infección subclínica. Al introducir una prótesis por la areola tocamos los conductos galactóforos. Estos conductos son como tuberías abiertas al exterior, que tienen gérmenes; pueden rozar la prótesis y habiendo bacterias almacenadas pueden provocar reacción y por tanto contractura capsular. Este factor hoy en día se considera una de las causas más importantes como posibles responsables de contractura capsular.

3. El traumatismo de repetición

Se puede dar el caso que algunas personas debido a su trabajo generen movimientos bruscos de las prótesis, también porque hacen mucho footing, o realizan cualquier otra actividad que pueda provocar movimientos bruscos y regulares de las prótesis.

4. El abordaje de la prótesis

Ya he comentado en el núm. 2 que la colocación de prótesis por vía peri-areolar es un factor de riesgo. Sin si colocamos la prótesis haciendo una pequeña incisión en el surco submamario evitaremos ese riesgo. Por esta razón se está evolucionando hacia el abordaje por el pliegue submamario de forma muy clara y a nivel mundial.

Las 3 razones por las cuales ya es preferible el abordaje por el pliegue submamario son:

1. para no seccionar conductos galactóforos de la glándula mamaria y poder dar lactancia con normalidad

2. para evitar todo tipo de infecciones subclínicas

3. para no crear distorsión en las imágenes para el tema del cáncer de mama, en las revisiones.

Finalmente se trata de entender que todos estos factores enumerados , si convergen, van a desarrollar una contractura capsular.

En las intervenciones de mastopexia o elevación de mama, producimos cicatriz peri-areolar ya que necesitamos este tipo de incisión para elevar la posición de la areola; si buscamos elevación de mama + aumento de volumen vamos a necesitar introducir una prótesis. Incluso en estos casos, aún pudiendo aprovechar la incisión peri-areolar para colocar la prótesis, si la paciente me autoriza prefiero el abordaje por el pliegue submamario para evitar infecciones subclínicas.